6.3.07

What do you care

Antes de dormir me conformo con el olor de un libro poco usado, con el tacto de unas hojas ásperas y una cara sin expresión, en vez de conseguir cerrar los ojos para aspirar de nuevo tu olor, sentir la suavidad de tu espalda y esbozar una sonrisa placentera.

Volví al hotel andando. Cuarenta manzanas como cuarenta soles. No lo hice porque me apeteciera caminar, sino porque no quería pasarme la noche entera entrando y saliendo de taxis. A veces se cansa uno de ir en taxi tanto como de ir en ascensor. De pronto te entra una necesidad enorme de utilizar las piernas, sea cual sea la distancia o el número de escalones. Cuando era pequeño, subía a nuestro apartamento muy a menudo. Y son doce pisos.

"El guardián entre el centeno"
J. D. Salinger



7 comentarios:

ñiñiñiñi dijo...

cuando era pequeña me encantaban los primeros días de clase, veía de nuevo a mis compis y esas cosas, pero sobre todo me gustaban porque tenía libros nuevos!!! me encantaba olerlos!!!

de hecho lo sigo haciendo cada vez que me compro uno... :)

jolines, parece que estoy chiflada contando esto.

besitos Paula

Ohdiosa dijo...

yo no puedo dormir si no leo un poco, aunque sean una lineas...se ha convertido en todo un ritual el sostener un libros antes de caer rendida..el día que tenga quien me acompañe en la cama no sé si el ritual sobrevivirá...

Zitrone dijo...

Olor a papel nuevo... Me encanta.
Besicos de limón

Anónimo dijo...

a mí me pasa eso que le pasa a holden. y todo lo demás también.

Anónimo dijo...

Joé, ojalá leyese esto el Julián (:P) asi a lo mejor le costaría menos entender qué es lo que me pasaba cuando le decía "hoy me bajo en bici..", "quiero hacer deporte.."
Jartura de coche!! (en mi caso) O bus, o demás cosas que te mantienen en una falsa sensación de movimiento mientras tu cuerpo está estático (y engrosando.. xD)

Hasta dentro de un ratín :)

Anónimo dijo...

Por cierto..

..buen tema..

..casi igualito que el otro dia..
jajaja

Anónimo dijo...

No cuentes nunca nada a nadie, en el momento en el que alguien cuenta cualquier cosa, empieza a hechar de menos todo.