31.12.07

Silent moans

No llamó, pero nos vimos y sus ojos se clavaron en mi al no saber que decir ante esa estúpida manía mía de hacer pequeños regalos cuando me apetece. El recibió un disco poppy, además de un panda, 2046 y la mujer de 50 pies (en forma de chapa, claro). Yo me quedé con un trozo menos de esperanza para esa parte de la vida que muchos creen tan importante. Menos mal que las ganas de cerveza y los callos de mis manos me lo han hecho más fácil esta vez. El Sr. Panda, como todos, no me quiere.

23.12.07

Yong Yo Yong Yok

Ya está aquí, estoy nerviosa, y, por primera vez, no he comido. Raro. Quiero bailar y reir con canciones que no deberían ser llamadas así. Mi vida es negra porque voy vestida así, pero realmente va cada día mejor, aunque ahora me pongo pesimista y pienso que no me va a llamar. Vale, sobran días y no son horas. Da igual, voy a bailar.

17.12.07

The greatest bite

Resulta que los pandas no solo comen bambú sino que también se alimentan mordiendo corazones de chicas que sueñan demasiado... eso sí, lo suyo es el estilo, por eso aún así las dejan con vida, aunque ciegas, en una cafetería llena de neones que despistan y tartas que endulzan su boca.